CHINA, UN DESTINO QUE VUELVE A SEDUCIR A LOS VIAJEROS ESPAÑOLES

Alicientes Para Viajar a La Región de Jiangsu

 

China vuelve a estar de moda para los viajeros españoles. Tras los malos años de la pandemia, que en Asia han durado un poco más que en Europa, las cosas parecen haberse normalizado y viajar allí es ahora seguro. La estricta política durante tres años de “cero Covid” que implicaba un cierre casi total de fronteras, ha dado buenos resultados. Desde comienzos de 2023 se ha abierto de nuevo a todos los viajeros y de forma muy particular a los españoles.

Recientemente se ha aumentado el número de países europeos que no necesitan visado –Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España, Suiza, Irlanda, Hungría, Austria y Luxemburgo–, se han incrementado considerablemente los vuelos, con más de 60 frecuencias en ambos sentidos a la semana, y han bajado los precios de vuelos y hoteles.

Por su parte, los chinos siempre han tenido interés por España, que es el segundo país más visitado en Europa. En 2019, viajaron a nuestro país más de 700.000 turistas chinos, con un gasto medio por persona de 2.400 euros, el más alto de todos los mercados turísticos hasta la fecha, y una estancia media de 7,8 días, también la estancia media más larga entre todos los turistas, según datos de Turespaña. Aunque en 2023 fueron menos de 400.000, se espera que este año se igualen o superen las cifras de 2019.

China se esfuerza por conseguir más visitantes españoles. Ese interés se ha demostrado en los últimos meses con las iniciativas llevadas a cabo por varias regiones, siendo Jiangsu la más activa al presentar en Barcelona una bella muestra de grabados antiguos y en Madrid la belleza de sus nueve jardines Patrimonio de la Humanidad. Desde 2018 tiene además un centro de promoción turística en España. Aquí se muestran algunas razones por la que merece la pena viajar a conocerla.

EL AGUA, GRAN PROTAGONISTA

Cuentan que el nombre de la región, Jiangsu, significa agua. Además del impresionante río Yangtsé que arroja suenorme caudal tras recorrer 6.300 kilómetros al Mar de la China Oriental (parte del Pacífico) muy cerca de Nanjing, capital de la región y también capital de China durante varios períodos históricos, lo que le convierte en el más largo de Asia y el tercero del mundo, la provincia está surcada por el Gran Canal Beijing- Hangzhou, que cruza buena parte del país, y es el canal artificial más grande del mundo. Es uno de los 56 sitios chinos declarado Patrimonio de la Humanidad. Los ríos Yangtsé, Huaihe, los lagos Taihu y Honghu (dos de los cincos mayores de agua dulce del país), junto con el Gran Canal, constituyen un atractivo especial. Todo un entramado de ríos entrecruzados y redes acuáticas que hacen que el agua sea la corriente de vida de esta región que ha sabido desde los tiempos antiguos aprovechar su riqueza y convertirla en su fuente de vida, con más de 2.900 canales fluviales y 300 lagos.

EL PALACIO SUBTERRÁNEO DEL MILLÓN DE BUDAS

Sin duda uno de los lugares más chocantes es el Palacio Usnisa, en Nanjing, la capital de esta provincia. Ahí se encuentra el Parque Cultural Nanjing Niushoushan con bellas colinas, lagos tranquilos y bosques interminables. Acompañado de delicados arcos y cúpulas, zonas de agua, murales y hasta una moderna pagoda, está el palacio en sí, que sorprende por sus dimensiones: 220 metros de longitud, 160 metros de anchura y 90 metros de altura. Pero lo más destacado no está a la vista, sino en seis niveles subterráneos a los que se accede por escaleras mecánicas. Aunque ahí está la llamada “Sala de los Mil Budas” o el “Pasillo de los Diez Mil Budas”, en realidad resulta imposible saber la cantidad de imágenes del Siddharta Gautama, la mayoría en brillantes dorados y rojos (el color de la felicidad en China), lo que choca con la idea del maestro que renunció a la vida lujosa y durante varios años vivió en la mendicidad, meditación y ascetismo. La justificación de tanto Buda es que aquí se encuentra un fragmento de cráneo que los creyentes veneran como reliquia de Buda Shakyamuni.

NUEVE JARDINES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

El arte de la jardinería tiene, para los chinos, la misma consideración sagrada que la escritura o la poesía. Buen ejemplo es el Jardín del Administrador Humilde en Suzhou, a orillas del lago Taihu y en el delta del río Yangtsé, que tras su “modesto nombre” esconde uno de los jardines más fabulosos que existen no solo en China, sino en el mundo. Se empezó a construir durante la dinastía Ming (1509) y tiene una superficie de 52.000 metros cuadrados. Todo el jardín está centrado en el agua, con colinas verdes, pabellones y delicadas flores y árboles frondosos. Durante el recorrido, que debe hacerse al anochecer, salen al paso cantantes de ópera china, músicos y juegos de luces que lo convierten en un verdadero espectáculo. Pero no es el único, llegó a haber más de 200 jardines y hoy en día existen unos 60, nueve de ellos incluidos en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad.

NAVEGAR EN EL MAYOR CANAL DEL MUNDO

Con sus 1.794 kilómetros de longitud, el Gran Canal de China es el cauce artificial más largo y antiguo del mundo. La parte del canal que pasa por la provincia de Jiangsu tiene 690 kilómetros de largo. Empezó a construirse en el siglo V antes de Cristo por orden del emperador Fuchai y, como une las ciudades de Pekín (Beijing) y Hangzhou, los chinos lo conocen como el canal Jing-Hang. Tras 2000 años de desarrollo y cambios continuos, el Gran Canal todavía juega un papel importante en la actualidad. A ambos lados se ha formado un corredor de experiencias culturales y de ocio y una línea dorada de turismo acuático con el paisaje ecológico natural como eje central salpicado de calles históricas, parques culturales, museos, templos… Desde varios lugares de la región pueden hacerse pequeños cruceros. Otra forma de descubrirlo es visitando el Museo del Gran Canal en Yangzhou, inaugurado hace tres años.

LA “VENECIA” QUE SORPRENDIÓ A MARCO POLO

Suzhou es posiblemente la población más auténtica y bella de la región, y uno de los varios pueblos acuáticos antiguos que salpican el delta del río Yangtsé. Más de una docena de ríos y vías fluviales dividen esta ciudad de la dinastía Song en múltiples islotes, conectados por 49 puentes de piedra. Conocida como la Venecia china, Suzhou se remonta al siglo VI a. C. y sus canales, puentes, pagodas e impresionantes jardines hacen que cada uno de sus rincones estén llenos de magia y encanto. Para disfrutarla es imprescindible el paseo en bote de remos o en una especie de góndola, diferente de las venecianas, por alguno de sus pueblos acuáticos, que hay muchos. Tongli es, tal vez, el más popular, no tan comercializado como otros.

DESCUBRIR EL DELICADO BORDADO DE SUZHOU

Desde hace más de 2000 años, se viene utilizando la seda para elaborar bordados inspirados en la rica naturaleza de la provincia, con hermosos matices de color gracias a la refinada técnica de su tratamiento. El bordado de Suzhou, conocido como suxiu, es una técnica artística con una temática de lo más variopinta y abarca representaciones de paisajes, flores, aves, peces e insectos e incluso las vestimentas de la gente corriente. En el muy recomendable Museo del Bordado de Suzhou se muestran auténticas obras de arte y la ancestral técnica con que se elaboran.

50 DELICIAS GASTRONÓMICAS EN UN DÍA

Cualquier comida que se precie en China, y muy especialmente en Jiangsu, debe constar de no menos de una veintena de platos que, como es habitual, se sirven en mesas redondas con una zona central giratoria para que cada uno pueda servirse cómodamente. En un viaje por esta región se tiene la oportunidad de saborear cada día medio centenar de platos de lo más diverso. Y nada de lo habitual en occidente. La cocina de Jiangsu es una de las ocho tradiciones culinarias de la cocina china con más de 2.000 años de historia. Tiene fama de cocina gourmet por sus técnicas refinadas y buena presentación de unos platos de sabor fresco, natural, suave y ligeramente dulce. No pueden faltar los célebres dimsum rellenos de distintos ingredientes, el pescado Mandarín con forma de ardilla, la Cabeza de León, una bola de cerdo estofada en salsa marrón, costillas de cerdo Wuxi estofadas y el tofu en diversos formatos y acompañamientos, aunque no el llamado tofu apestoso, muy popular en Taiwán, al parecer muy sabroso si se consigue superar su olor, un cruce entre basura quemada y olor corporal. Finalmente, conviene advertir que se come con té o agua… caliente, y no hay dulces de postre, solo fruta en ocasiones.

MÁS INFORMACIÓN: https://www.jiangsutravel.us/

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