Mensajeros de la Paz y la Policía Nacional reciben el Premio Convivencia y Tolerancia de la Procura

La fiesta anual de la Procura reunió a más de 400 asistentes en el acto celebrado el pasado 20 de mayo en el Teatro Real de Madrid, en el que se entregó el Premio Convivencia y Tolerancia del Consejo General de Procuradores, correspondiente a las ediciones 2023 y 2024, respectivamente, a la organización no gubernamental Mensajeros de la Paz y la Policía Nacional, que este año cumple su bicentenario. El encuentro se celebró conjuntamente con el Colegio de Madrid, que también conmemora la efeméride de sus cuatro siglos y medio de historia.

Como siempre, el encuentro reunió a una variada representación institucional, encabezada en esta ocasión por el presidente del Tribunal
Constitucional, Cándido Conde Pumpido, encargado de clausurar el acto, y el presidente interino del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte, acompañados de numerosos representantes de la Mensajeros de la Paz y la Policía Nacional reciben el Premio Convivencia y Tolerancia de la Procura magistratura, las profesiones jurídicas, la política y por supuesto de la Procura, con decanos de toda España.

Juan Carlos Estévez, tras repasar la historia del colegio madrileño, aseguró que ahora “nos toca enfrentarnos al futuro”, que en el caso de las tecnologías viene marcado  por la inteligencia artificial, una herramienta “y no un fin” que la profesión desarrollará, “como hemos hecho siempre, para el beneficio de la Justicia, de la sociedad y de la ciudadanía”.

En cuanto a los premiados, recordó que Mensajeros de la Paz se creó en Asturias en 1962 de la mano de dos jóvenes sacerdotes, uno de ellos el padre Ángel, quien recogió el galardón, para atender a la infancia más desfavorecida. Esa organización entonces local, ha crecido hasta convertirse hoy en una institución presente en 76 países, algunos de ellos en guerra, con 4.500 trabajadores voluntarios y profesionales que atienden a 60.000 niños y 30.000 personas mayores, promoviendo los valores de la paz y la solidaridad con el fin de hacer un mundo mejor.

Juan Carlos Estévez destacó la labor del Padre Ángel, enfocada también a ayudar a las víctimas de la violencia de género y a las personas con discapacidad. “¿Se puede hacer más con menos? ¿Se puede llegar a más sitios, a más personas desfavorecidas? ¿Se puede practicar con mayor intensidad, mayor cariño, mayor energía y mayor amor la convivencia?”, se preguntó. Por esto justificó el premio al definir al padre Ángel como “un vivo ejemplo de lo que es la convivencia, y la tolerancia”.

El padre Ángel, por su parte, que recibió el galardón de manos del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Celso Rodríguez Padrón, se mostró “agradecido y emocionado” por lo que consideraba “un gran honor” concedido por el Consejo General de Procuradores. El premio, aseguró, no solo reconoce la labor realizada sino que también “nos motiva a seguir adelante”, con “alegría y con ganas”, para continuar afrontando “los enormes desafíos que tiene la sociedad”, ya que la convivencia y la tolerancia “son los pilares fundamentales de una sociedad justa y equitativa”.

Todo lo realizado hasta la fecha por Mensajeros de la Paz, explicó el padre Ángel, ha sido posible gracias a las personas que participan como voluntarios o donantes, y que incluso “han ido dejando su vida y su salud a veces”.  En “estos momentos difíciles que nos está tocando vivir”, subrayó, “no podemos dejar de lado a nadie, no podemos dar la espalda a los migrantes, a los desplazados, a los mayores que viven una situación de soledad y que a veces te dicen “hace tanto tiempo que nadie me besa”, a los que no tienen que comer, a los que pasan frío, a esos niños que a veces por la noche cuando piden un vaso de leche sus papás no se lo pueden dar. Por eso no queremos callar por más tiempo, ni queremos ya estar tranquilos, queremos seguir construyendo un mundo mejor con todos ustedes”.

Recordó para terminar las palabras del Papa Francisco cuando dijo que “todos somos hijos de Dios y sobre todo déjense de pelear, ámense, quiéranse”. Por eso pidió a todos los presentes que cuando lleguen a sus casas sean capaces de besar a sus hijos, padres o los abuelos y a las personas que están con ellos. “Esta sociedad tiene muchos problemas, pero el problema mayor es que nos queremos poco, nos tenemos que querer más”, afirmó antes de recibir una emocionante y sentida ovación de todos los asistentes.

CÁNDIDO CONDE-PUMPIDO: “UNA PROFESIÓN HISTÓRICA CARGADA DE FUTURO”

El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Cándido Conde Pumpido, aprovechó sus palabras en la clausura del acto para lanzar un mensaje de aliento hacia la Procura, a la que definió como “una profesión histórica cargada de futuro” con un especial cometido jurídico en la tutela del Estado de derecho.

La Constitución española establece en su preámbulo, aseguró, que la nación española, en uso de soberanía y deseando establecer la justicia, la libertad, la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, proclama su voluntad de garantizar la convivencia democrática y de consolidar un Estado de derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. Por ello, se puede definir este Estado de derecho como el imperio de la ley democráticamente aprobada e independientemente aplicada. El TC, por su parte, juega un papel esencial como intérprete supremo de la Constitución y como garante supremo de los derechos fundamentales.

Poder Judicial, recordó el presidente del TC, la que define al procurador como “un cooperador de la Administración de Justicia desde un doble rol de representante procesal del cliente y de garante de la rectitud de los procesos, en defensa de los propios derechos de su cliente pero también en servicio del sistema judicial en su conjunto”. Desde su origen, explicó, la “centenaria figura del procurador, que históricamente se retrotrae a los personeros del fuero juzgo, ha sabido franquear con éxito la transición a nuestra contemporaneidad democrática y levantarse como una firme aliada de la Administración de Justicia en tanto que introductora de objetividad en los procesos judiciales”, a fin de inspirar en el seno de la Justicia el resultado más justo, ágil y diligente.

A esa tradición histórica, se suma que hoy la Procura es capaz “de encarar el futuro con una mirada resuelta”, pues “es reconocido por todos” su “compromiso con una Justicia moderna, plenamente electrónica a través de la utilización de las nuevas herramientas informáticas”. De este modo, la Procura es una profesión tradicional e histórica pero al mismo tiempo “se encuentra cargada del futuro”. Por ello, concluyó, “de corazón os felicito por vuestro trabajo y dedicación en pro de la democracia, de los derechos fundamentales y del Estado de derecho”.

200 AÑOS DE HISTORIA:

En el caso de la otra institución premiada, la Policía Nacional, Juan Carlos Estévez destacó la vocación de servicio de sus miembros y su capacidad de asumir riesgos en defensa de la convivencia y de la protección ciudadana en sus 200 años de historia. Recogió el galardón la comisaria principal Eulalia González Peña, subdirectora general del Gabinete Técnico de Policía Nacional, de manos del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde Pumpido.

Fue el 13 de enero de 1824 cuando de promulgó la Real Cédula por la que se creaba la llamada Policía General del Reino, antecedente histórico del cuerpo actual. Un único cuerpo policial con dimensión nacional que sienta las bases de una policía moderna con la función de “garantizar el bien y la seguridad pública”. Para ello, se la dotó de “unidad, extensión y fuerza” al ser reconocida como un “beneficio para la civilización” y la “primera garantía del bien y de la felicidad pública”.

En estas 20 décadas la institución ha tenido diferentes denominaciones. En 1844 se la conocía como Cuerpo de Protección y Seguridad; después, de Vigilancia, y posteriormente de Seguridad y Vigilancia. En 1942 pasó a denominarse Cuerpo General de Policía, y en 1978, Cuerpo Superior de Policía, de naturaleza civil, que coexistía con el Cuerpo de Policía Armada, que cambió su nombre con posterioridad por el de Cuerpo de Policía Nacional, con estructura y organización militares.

En 1986 se unificaron los dos cuerpos en uno, el Cuerpo Nacional de Policía, cuya denominación, desde la Ley Orgánica 9/2015, de 18 de julio, de Régimen de Personal de la Policía Nacional, pasa a ser esta última, designación que a la vez se traslada a los integrantes como policías nacionales. Eulalia González manifestó que recibir este premio del Consejo General de Procuradores “es algo que nos satisface especialmente, porque nosotros, la Policía Nacional, también estamos como vosotros al servicio del ciudadano y de la Justicia”. Un premio además a la convivencia y la tolerancia cuando la misión diaria de Policía Nacional es “generar convivencia en un marco de tolerancia”, ya que “no hay sociedad que pueda progresar si no están garantizados estos dos valores”.

Ese trabajo no solo se traduce en la prevención del delito y la persecución de quienes los cometen para ponerlos a disposición de la Justicia, ya que la Policía Nacional, añadió la comisaria principal, “también está para ayudar en muchas situaciones límites”, como sucedió durante la pandemia o el volcán de La Palma, la tormenta Filomena o incluso en la evacuación de nuestro personal en Afganistán y en Ucrania, con medios cada vez más modernos en ámbitos físicos y virtuales para que también Internet “sea un lugar seguro”. “El orgullo que podemos legítimamente sentir todos y todas por la dimensión histórica de la Policía Nacional, –explicó la responsable policial–, nunca debe derivar en autocomplacencia, porque las amenazas de la seguridad siguen acechando y requieren que sigamos dándoles una respuesta eficaz. Aquella Policía General del Reino que nació el 13 de enero de hace 200 años se ha convertido, tras muchos avatares, en un cuerpo líder a nivel nacional e internacional en materia de seguridad”, experimentado en la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada.

Esta historia de la Policía Nacional, afirmó, “debe proyectarse al futuro con garantías para continuar siendo lo que es, una institución crucial e indispensable para España y los ciudadanos”. El premio de la Procura simboliza el afecto a los más de 74.000 hombres y mujeres que prestan servicio en la Policía Nacional, con centenares de ellos fallecidos en actos de servicio y 188 asesinados por el terrorismo en España, según recordó con emoción.

COLEGIO DE MADRID: 450 ANIVERSARIO Y BALANZA DE ORO AL MAGISTRADO MANUEL GARCÍA CASTELLÓN

El Colegio de Madrid aprovechó la fiesta de la Procura para conmemorar sus 450 años de historia, condecorar a los compañeros que han cumplido los 25 y 50 años de ejercicio profesional sin tacha des favorable, y entregar su Balanza de Oro de la Justicia al magistrado Manuel García-Castellón que recibió del presidente interino del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte.

El Colegio de Madrid emitió además un vídeo con la felicitación por su aniversario de distintas personalidades, que puede verse en el siguiente enlace. En él, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, asegura que una de sus prioridades ha sido fortalecer el servicio público de Justicia, en el que la Procura “tiene una labor fundamental” en la relación con los ciudadanos, ya que estos desconocen muchas veces el sistema judicial cuando tienen que acudir a él, y también por “vuestro enorme conocimiento procesal” y experiencia en el contacto diario con los órganos judiciales. “Por tanto os felicito y os agradezco por el trabajo que hacéis cada día para fortalecer y hacer cada día más fácil y accesible el servicio público de Justicia”, agregó, ya que “tenemos que trabajar entre todos para conseguir que la Justicia sea más cercana a los ciudadanos, a los operadores jurídicos y a los agentes económicos”.

El decano, Alberto García Barrenechea, tras repasar la historial de la institución, destacó que esta efeméride del Colegio de Madrid debería servir para “estar orgullosos de lo que hacemos” y pidió a sus compañeros que “no nos hagamos pequeños nosotros mismos, nuestra institución es absolutamente indispensable para el funcionamiento de la Justicia. No es necesario que nos lo recuerden, nosotros mismos tenemos que recordarlo cada mañana cuando abrimos nuestros despachos. Estar orgullosos de ese sentimiento que yo tengo cada día”. En cuanto al homenajeado, reseñó los 46 años de trayectoria profesional de Manuel García-Castellón, en los que se inscribe un amplio periodo como juez de enlace con Francia e Italia, con un papel destacado en la lucha antiterrorista durante17 años trabajando fuera de España, y su labor como juez de instrucción en la Audiencia Nacional.

El galardonado, que dedicó el premio al magistrado fallecido del Tribunal Supremo y ex vicepresidente del Tribunal Constitucional Ramón Rodríguez Arribas, dijo en su discurso que en España vivimos en un sistema democrático “casi perfecto”, sobre todo en comparación con otros ejemplos del ámbito internacional ya que “estamos rodeados de dictaduras por todos los sitios”. Sin embargo, en su opinión “hay algunos síntomas preocupantes que yo, como patriota español, tengo la obligación de decirlo”  y que evidencian algo que “ha de corregirse”. Se refería a que a su juicio no se está respetando en estos momentos la independencia del Poder Judicial, ni los otros poderes están actuando suficientemente para defenderla cuando se producen ataques a jueces “hoy día de una forma casi natural”, en contra de lo que ocurre en otras democracias avanzadas.

El que exista impunidad –añadió– ante esos “ataques adhominen” origina no solo consecuencias para el juez, que si tiene años de experiencia puede sobrellevar, sino que lanza un mensaje a la sociedad “desde mi punto de vista terrible” porque “lo desarma, lo deja huérfano, no permite que confíe en sus jueces. Y claro, ¿Cuál es el problema? El problema es que la Justicia está desprestigiada. No nos engañemos, es la realidad”.

Es decir, no se trata solo de decirles a los jueces que son independientes e inamovibles, sino de defenderlos cuando se producen esos ataques, ya que si los jueces no encuentran respuestas “por parte de quien debe proteger esa independencia, las consecuencias, son terribles”. Así, dijo sentir “mucha rabia” porque “una democracia tan buena como la española”, equiparable a la de otros países de Europa occidental, “tenga estas fallas” para las que no hay “ninguna justificación”. “En definitiva, el hecho de que no se persigan” esos ataques que denuncia, desde su punto de vista, “supone la perpetuidad en algunos casos de la impunidad para los más poderosos, naturalmente en detrimento de los débiles”.

Participó también en el acto el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García Martín, quien resaltó el valor de la efeméride porque “son pocas las corporaciones profesionales del mundo” que puedan presumir de remontar su actividad jurídica hasta el año 1574. Y a lo largo de estos 450 años, aseveró, los procuradores, “con tanto alcance constitucional como es representar legalmente a los ciudadanos ante los tribunales de Justicia”, han ido “adquiriendo el protagonismo y la relevancia que merecéis”. 

“El procurador, como profesional independiente, experto en derecho procesal e impulsor del procedimiento se configura  dijo el también portavoz del Ejecutivo madrileño– como una pieza esencial para que funcione adecuadamente el complejo mecanismo de la Administración de Justicia”, motivo por el que el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid concedió este año la Gran Cruz de la Orden del 2 de mayo al Colegio de Procuradores.

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